martes, 29 de noviembre de 2011

RELATO DE LIDIA CASTILLO

En una de las tareas que nuestro alumnado debe hacer, había que elaborar, de cosecha propia, un relato que el profesor de Monroy de Lengua iba a evaluar. Lidia decidió demostrar sus dotes para la invención literaria y nos demostró a todos lo que es capaz de hacer. Aquí os dejamos el relato. Merece la pena leerlo....

El viaje de Estrella
La noche del dos de noviembre no cené, pero lo habría hecho de no estar tan preocupada. Me apretaba mi anillo de compromiso, el cual tenía grabado: Michael & Estrella. Arizona & España, 2011. El brillo de su diamante era como el de las estrellas, profundo y lejano. Allí, tranquilamente sentada en el sofá de mi salón, mi vista indecisa recorría mis deberes: terminar de hacer la maleta, que descansaba perniabierta en un rincón; mi billete de avión sobre la mesita redonda delante de mí, también descansando, aunque tambaleándose a causa del viento que entraba por el balcón. Tenía que guardarlo en el bolso que había comprado el día anterior, junto con otros papeles que me llevarían al lejano continente de América.
 Me asomé a ver el cielo nublado y gris, y ahí estaba ella: mi estrella. Fue la segunda vez en mi vida que le pedía un deseo: -Por favor, dime quien soy.- supliqué. Y al instante me cegó los ojos su brillo, parecía haber hecho un guiño o algo parecido que me hizo recordar a Michael. Intentando ir a tientas hasta el sofá, sonó el móvil que llevaba en mi bolsillo: ¿Sí?-pregunté. ¡Fantástico! ¡La estrella ha cumplido mi deseo! Quise saber qué sería de mí dentro de veinte años –contestó una niña que parecía amistosa. ¡Era imposible! ¡No podía creerlo! Estaba bastante sorprendida. -¿Te llamas Estrella? –pregunté rápidamente. ¡Sí! ¡Somos la misma! ¿Cómo soy? ¿A qué me dedico? ¿Estoy casada?–me gritó llena de ilusión. Era mi oportunidad, ya que efectivamente era yo. Según su reacción a todas mis respuestas sabría si mi presente era lo que siempre soñé. Mis dudas desaparecerían para siempre al recordar mis ilusiones. Tenía que aprovechar la situación. Y, después de tomar aire, contesté: Voy a casarme con un americano y vivir en Arizona. Mañana tengo que coger el avión, pero todavía no he acabado la maleta y… Entonces, me interrumpió: ¡Date prisa! ¡Mi futuro está en juego! ¡Tienes que cumplir mi sueño!
Mi sueño se había hecho realidad, y yo no me había dado cuenta hasta entonces. Se cortó la línea inesperadamente y empezaron a brotar lágrimas de alegría mientras pronunciaba mis propias palabras: “mi futuro está en juego”. Sin embargo, en esta ocasión veía luces de colores, como los diamantes de mi fantástico anillo de compromiso. Parecía estar volando en un mar de sueños, me sentía feliz cruzando el océano Atlántico junto con tanta gente. Un día después desperté en otro lugar, sintiendo el calor de los primeros rayos de sol que entraban por el gran ventanal de mi nueva habitación. Me puse los bluyines, mi camisa de cuadros y mi sombrero negro de vaquera. Y al salir por la puerta principal, vi a Michael cerca de mí, guiñándome un ojo, montado en nuestro caballo Lucero, esperando a su princesa.

2 comentarios:

  1. Es fantástico Lidia, ignoraba que tuviera una amiga con tales dotes literarias.

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    1. MARIA DEL VALLE GARCIA MATEOS26 de enero de 2012, 1:24

      LIDIA SOY VALLE HE LEIDO TU TEXTO Y QUIERO
      APOYARTE DARTE ANIMO PARA QUE SIGAS ESCRIBIEDO
      QUE ESCRIBES MOY BONITO. OJALA YO PUDIERA ALGUN
      DIA ESCRIBIR COSAS TAN BONITAS COMO ESAS
      UN ABRASO Y MUCHO ANIMO.

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